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EL CASO DE RAFO LEÓN

Publicado: 2016-05-04



Como en el poema de Brecht, y una vez más lo referimos, tenemos que reaccionar antes que sea demasiado tarde. Creer que ser permisivos - porque no nos toca -, es un error.

El Poder Judicial debiera ser consecuente con eso que siempre se alude: la autonomía. Pero no es así. Basta observar quién acusa para darnos cuenta que en materia de procesos y querellas, el que define la suerte del denunciado es el demandante y no el poder judicial.

Sentimos que no estamos en un país, sino en una sociedad esclavista o feudal, donde los esclavos y siervos debían obediencia al rey o al señor. Y quien osara no hacerle la venia y no inclinarse con reverencia, le esperaba castigos que iban desde el flagelamiento a la pena de muerte, dependiendo del humor del dios poder.

En el Perú, el periodista Rafo León, de estilo mordaz y burlón, que lo hace simpático o antipático, pero eso es lo de menos, ha sido acusado por una dama que se ha sentido maltratada por una nota del escriba viajero.

En efecto, en una de sus columnas se refirió a la doña y emitió juicios, que no necesariamente eran halagüeños. Ésta considerándose herida en su honor, reputación y buen apellido, lo denunció ante la autoridad. 

El resultado ya lo sabemos. Rafo León ha sido sentenciado. Viene lo trágico. Para demostrarnos a nosotros mismos que seguimos siendo un país donde el realismo bruto se sostiene en papales, algunos han salido casi a celebrar que la condena no haya sido la que se esperaban. Como si el periodista León hubiera cometido delito. Esto indigna.

Me pregunto ¿Qué viene? ¿Se anuncian periodos más tensos?

Advertimos que el neoliberalismo se apresta a poner una mordaza a toda la gente que lo cuestiona, ya no solo al periodismo. Como decía en la mañana el intelectual Hugo Neyra en la entrevista de Alberto Ku King (Radio Nacional): se está dejando un precedente que sirve a la corrupción, pues, el periodista del interior estará expuesto a que las autoridades locales lo acusen cuando convenga a sus intereses.

¿Esto es respeto a la libertad de opinión? ¿Qué dicen los paladines de la libertad de prensa, que no pierden la oportunidad de mirar acuciosamente el costado y se tapan los ojos para no ver la enorme montaña de abuso que tienen al frente?

¿Es que la caverna siente que ya ganó y que no hay que esperar hasta el 28 de julio para reiniciar su cacería? Porque, ojo, no es solo Rafo León, en la mira podrida de la derecha, hay otros periodistas que a como dé lugar quieren silenciar. ¿Para qué? Para que la impunidad gobierne.

Defendamos el derecho a la información, a lo firme, en la calle - volvemos a Brecht-: antes que sea demasiado tarde.

(Y que conste, si Daniel Yovera no fuera uno de los amenazados mantendría esta misma posición)


Escrito por

Julio Yovera

Natural de Catacaos, Perú. Es docente investigador en temas de educación, cultura y literatura Ha publicado libros de poesía. Ama la vida.


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